Como jefe de gabinete quedó el DC Jorge Burgos, quien pasó a la cartera proveniente de Defensa. El ex diputado era uno de los nombres que venía sonando, toda vez que se daba por hecho que Peñailillo no seguía. En el ministro Secretaría General de Gobierno, en reemplazo de Alvaro Elizalde, llegó el hasta entonces embajador de Chile en Argentina, Marcelo Díaz. En otro de los ministerios políticos como es la secretaría general de la Presidencia, el diputado PPD Jorge Insunza fue nombrado en reemplazo de Ximena Rincón. En el caso del ministerio de Hacienda, el economista Rodrigo Valdés fue nombrado para relevar a Alberto Arenas. El ex jefe de Presupuesto del primer gobierno de Bachelet se transformó en el primer jefe de la billeteras fiscal en ser destituido desde el retorno a la democracia.
Además de Insunza, Valdés y Díaz, se sumaron al gabinete el PC Marcos Barraza y Ernesto Ottone. El primero va a Desarrollo Social, y el segundo a Cultura. Además, de ellos hubo otros secretarios de Estado que fueron enrocados, tal como fue el caso de Burgos. Ximena Rincón pasó de Segpres a Trabajo, Javiera Blanco de esta última cartera a Justicia y José Antonio Gómez de Justicia a Defensa. El resto del gabinete quedó tal cual estaba hasta antes de este anuncio.
Con este nuevo gabinete, la Presidenta pretende hacer frente al complicado momento de popularidad que atraviesa su mandato, el peor en sus dos gobiernos según reveló la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) el jueves pasado.
Tras su nombramiento, el nuevo jefe de gabinete enfrentó a los medios y dijo que “es un momento de conversar, de oír”, tesis compartida por el nuevo vocero Marcelo Díaz, quien sostuvo que hay que hay que apelar al diálogo y a escuchar para tomar decisiones. Por su parte el nuevo titular de Hacienda, Rodrigo Valdés, admitió que “es el momento de ir a trabajar, supe ayer en la tarde que venía, me queda trabajo para ponerme al día”.
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