El 10% más rico captura el 37,1% de los ingresos del país, mientras que el decil más pobre apenas alcanza el 1,8%.
Por: www.elciudadano.cl
Chile es menos desigual que en 2012, porque hace cuatro años, el coeficiente de Gini –que mide la desigualad de ingresos en un país–, era de 0,471 y en su última actualización, la OCDE informó que la cifra había descendido a 0,465 (mientras más cercano a 1, más desigual el país). ¿Buenas noticias? No tanto, porque la angosta faja es la más desigual del grupo de “países ricos”. De hecho, el promedio de la organización se sitúa en 0,318, aunque es el valor más alto desde mediados de los ochenta.
Si se miran los datos de la OCDE, el 10% más rico capta el 24,7% de los ingresos totales, mientras que el grupo más pobre solo el 2,9%. De todas formas, en Chile la comparación es más vergonzosa, porque el 10% más rico concentra el 37,1% de los ingresos del país. En la vereda contraria, los más pobres apenas capturan el 1,8%.
Chile, el más desigual de la OCDE.
Estos resultados van por el mismo carril que los deducidos de la última encuesta CASEN. Según expuso el economista de Fundación Sol, Gonzalo Durán, en una columna de opinión de septiembre de este año, entre 2013 y 2015 el coeficiente de Gini pasó de 0,504 a 0,495.
A su vez, citó el informe del Banco Mundial “Efectos Distributivos de la Reforma Tributaria”, que señala que el 5% de mayores ingresos es propietario del 50,5% del total de ingresos del país. Un zoom mayor permite ver que el 0,1% de la población, concentra en sus manos, el 19,5% de los ingresos totales.
En conversación con El Ciudadano, Durán explica que “el cimiento de la desigualdad tiene que ver con aquella que se origina en el mundo del trabajo, fundamentalmente, en lo relativo a las asimetrías de poder entre quienes venden la fuerza de trabajo y quienes la compran, que son los empresarios”.
En este sentido, el investigador aduce a la tasa de sindicalización (cercana al 16% según la OCDE) y a las asimetrías de poder que constatadas en los procesos de negociación entre patrón y trabajador. Factores de esta naturaleza explicarían por qué en Chile casi la mitad de los trabajadores chilenos gana menos de $340.000 y 7 de cada 10 trabajadores menos de $500.000 líquidos, de acuerdo al análisis efectuado por Fundación Sol de la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingreso.
RELACIONES LABORALES DESIGUALES
En septiembre de este año, la Presidenta Bachelet promulgó la reforma laboral, conjunto de leyes que modificarán las relaciones laborales al interior de las empresas. Para Gonzalo Durán, “tuvo mucho eslogan, porque no se tocaron los cimientos del modelo implementado en dictadura”.
El economista se refiere a la negociación colectiva y a la ausencia de la negociación ramal. Al respecto, comenta que “si es que tú desarrollas las negociaciones colectivas en el espacio de las empresas exclusivamente, como pasa hoy en Chile, eso es un modelo orientado a los intereses del empresariado. En la mayoría de los países de la OCDE, ese modelo es más bien la excepción. Lo que pasa en esos países, es que también existe la negociación colectiva por sector económico o por rama, y con eso fijan los pisos mínimos de los salarios. Eso nunca estuvo presente en la discusión de la reforma laboral”.
Gonzalo Durán expone una lectura política de la desigualdad, que radica en las posibilidades de participación política efectiva por parte de los trabajadores/as. A su juicio, “cuando uno tiene que los trabajadores reciben bajos sueldos, están endeudados, no pueden salir de esa dinámica de dominación social, lo que uno tiene es que en realidad no existe la democracia, lo que hay acá es una especie de plutocracia, en donde unos pocos deciden por los demás y, fundamentalmente, pensando en sus intereses“.
Dos países en uno, uno de altos ingresos, otro mayoritario de bajos sueldos. Esta situación parece quedar en evidencia cuando, simultáneamente, quedan expuestas las dos caras de la moneda: en la cena anual de la SOFOFA, la Presidenta Bachelet destaca que “Chile no está en crisis económica”, mientras que el ministro de Hacienda niega sistemáticamente elevar el reajuste al sector público del 3,2% que finalmente resultó aprobado.
“El Ministerio de Hacienda es una oficina más del empresariado. Defiende los intereses del capital. Cuando uno ve que permanentemente está trabando las demandas sociales, en cuanto a fortalecer el mundo sindical, a potenciar la negociación colectiva por rama económica, no dar un reajuste efectivo a los trabajadores del sector público; lo que hay detrás de eso es precisamente la mantención de un modelo que le ha dado sendos beneficios al empresariado chileno”, argumenta Gonzalo Durán.
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