"La huelga debe ser permanente y activa. El éxito dependerá en gran parte del grado de cumplimiento de lo antes descrito.", explica el dirigente.
Por: www.elciudadano.cl
Antes de cualquier análisis y evaluación, es una satisfacción entregar una información que da cuenta de cómo – y a pesar de las naturales dificultades – se pueden construir instrumentos que vayan en ayuda de esos millones de asalariados que son pasados a llevar diariamente por que carecen de los mínimos elementos para defenderse.
No se trata de un paso cualquiera, es parte de un proyecto que pone especial interés en educar a los explotados, porque es a través de esa educación que se estructurarán organizaciones con una visión de clase. Organizaciones que pondrán sus mayores esfuerzos en avanzar en procura de las demandas insatisfechas de los abusados, que trabajaran por una sociedad mejor.
Quienes hacemos parte del CIUS, tenemos claro que sin organizaciones poderosas los trabajadores seguirán siendo pisoteados en sus derechos. Por eso, junto a la denuncia y la movilización hacemos grandes esfuerzos por promover la educación y la organización de los millones de compatriotas que carecen de ella. Hoy damos un importante paso en este camino.
“El lunes 7 de noviembre, el CIUS junto a un grupo de jóvenes abogados y egresados de Derecho, dieron el vamos para el inicio del proceso de constitución de la Defensoría Popular de las y los Trabajadores (DPT), cuya primera etapa consistirá en Asesorías Jurídicas Gratuitas que se desarrollarán en la sede de la Confederación General de Trabajadores (CGT)”. “El CIUS considera fundamental dentro de las tareas del periodo la organización de las y los trabajadores y el acompañamiento de las luchas de éstos”.
“Asimismo, el CIUS y la DPT reconocen, como fundamental la formación y capacitación de las organizaciones sindicales y de los trabajadores en general, para lo cual desarrollará una serie de talleres de formación para enfrentar la Reforma Laboral aprobada recientemente por el Gobierno y el empresariado”. “Hacemos un llamado abierto a los sindicatos y trabajadores para que asistan con sus dudas y comentarios a las asesorías jurídicas que se realizarán los días miércoles y jueves entre 16.00 a 20.00 y días viernes entre 10.00 a 13.00, en la sede de la CGT, ubicada en calle Dieciocho N° 45, piso 5 (Entre Metro Moneda y Los Héroes, costado sur de la Alameda)”. También pueden llamar al número (2)26951092, contactarse a través del correo defensoriapopulardeltrabajador@gmail.com , y/o vincularse con las demás organizaciones del CIUS”.
Esperamos que los organizados y los no organizados, hagan uso de este instrumento de apoyo y educación sindical. Es una más de las tantas iniciativas en las que debemos embarcarnos todos quienes seguimos creyendo en lo importante que es, que nuestra clase trabajadora recupere el protagonismo. Desde la CGT invitamos a las diversas organizaciones sindicales existentes a que conozcan el CIUS y hagan parte de su gestión.
La huelga y él paro, son instrumentos irrenunciables de los trabajadores, pero solo serán exitosos si se llevan adelante tomando en cuenta algunas cuestiones que creemos imprescindibles.
*Se debe involucrar a la mayor cantidad de trabajadores. Mientras más sean quienes participan, mayor la posibilidad de éxito. Si a esto unimos una organización inclusiva, preocupada de sus asociados, que los educa en lo sindical y lo social, contaremos con una sólida base para sacar adelante las diversas tareas que nos propongamos.
*Es importante también la elaboración colectiva de la petición. Nada se defiende con más fuerza, convicción y coraje, que aquello que se sabe justo. Y si surge la necesidad de hacer cambios a la propuesta inicial, deben ser resueltos por todos, o al menos una amplia mayoría de ellos.
*Hay que estar preparados para ganar la huelga, cuando se haga efectiva. Nada se improvisa y desde antes se debe tener resuelto el respaldo económico, los lazos solidarios, las variables comunicacionales, el cúmulo de acciones que se llevaran a cabo.
La huelga debe ser permanente y activa. El éxito dependerá en gran parte del grado de cumplimiento de lo antes descrito.
Los elementos mencionados y otros que va desarrollando la organización, son propios de la gestión de los sindicatos en la empresa privada, pero si se hacen algunas adecuaciones pueden y deben ser aplicados en cualquier instrumento en que trabajadores o ciudadanos se reúnen para expresar sus demandas, con el objetivo cierto de presentarlas a su interlocutor o contraparte.
La huelga, el paro, es el resultado del no acuerdo entre partes, pero no hay que cerrar la puerta a salidas intermedias e incluso la elaboración de contrapropuestas, en el caso que no se produzcan avances o se estanquen las conversaciones. Si existe la capacidad para prever escenarios a futuro, se aminora sustantivamente el riesgo de desencantos y descuelgues.
Si no hay fuerza y convicción suficiente no es bueno recurrir a esa medida de presión. Puede dañar y afectar el trabajo futuro.
Se entiende que en las evaluaciones se busque ser positivo y se saluda esa disposición por que mantiene la moral en alto, pero nunca a costa de perder el norte.
Dicho esto, hay que reconocer que el paro convocado para el 4 de noviembre no fue efectivo, aunque es bueno valorar las acciones de corte de calle en la madrugada y las marchas del mediodía (en donde jugaron un papel muy importante los trabajadores del sector público, en ese momento en Paro) e incluso la paralización que se llevó adelante en algunos puertos.
Fuera de eso nada o muy poco más. Por lo mismo no podemos hablar de un paro productivo, el que no será real y efectivo mientras no exista organización de base, resuelta y decidida.
Tenemos una demanda – NO + AFP – que concita la adhesión de millones de ciudadanos, en su mayoría no organizados, a la que es necesario incorporar otras exigencias que la hagan aún más sentida por todos, lo que en un mediano plazo podría generar condiciones para una gran Protesta Nacional e incluso llegar a tener el carácter de Paro o de Huelga General.
Es claro que no habrá mejores pensiones (en el actual sistema o en uno de reparto) si no hay mejores sueldos. A su vez estos no se conseguirán si quienes los exigen no dan el paso y se organizan. Por último debe elaborarse una propuesta que establezca que la pensión mínima no puede ser inferior al ingreso mínimo.
Hagamos nuestras estas demandas en la aún débil estructura que tenemos. Salgamos a difundirlas y veremos como los trabajadores y la ciudadanía toda comienza a preguntarse lo que hay que hacer para concretarlas. Ya no solo marcharán cuando se les convoque, buscarán la manera de presionar para que se les escuche, utilizando los instrumentos que la propia organización genera, una organización que ellos construyeron y a la que debemos apoyar.
No podemos dejar de comentar el momento que están viviendo los trabajadores públicos. Iniciaron su proceso demandando un 7% de reajuste y llevan más de 15 días de paro, en rechazo al 3,2% que les ofertó el gobierno. Sus representantes fueron al Parlamento y le dijeron de todo a ministros y parlamentarios que trataban de validar “la mugre de reajuste del gobierno”. Se veían decididos, lucharían hasta recibir un reajuste digno.
¿Qué les hizo modificar la petición inicial y llevarla al 4% de reajuste? ¿Son los trabajadores quienes propusieron este % o lo validaron a través de alguna consulta?.
¿O es que hay alguien que crea que el éxito o fracaso del gobierno en esta negociación depende de un miserable 0,8%?.
Justo cuando cerramos este comentario, se está informando que diputados y senadores aprobaron el maldito 3,2%. Algunos que antes rechazaron se han abstenido. Otros intentan explicar que “esas moneditas de más en los bonos” les hicieron cambiar su postura inicial. Su accionar tiene un nombre, TRAICION y deberán pagar los costos.
Todos ellos, los que legislan y quienes van a hacer el show en el segundo piso, apuestan a la fragilidad de la memoria. Juran que nos hicieron guevones.
Estos tránsfugas (los parlamentarios, la CUT, el gobierno) son los mismos que aprobaron la reforma laboral y las condiciones especiales para los trabajadores del turismo.
Asalariados públicos y privados, deben decidirse y sacar de la dirección a quienes impiden o limitan seriamente la lucha. Esa es la tarea más urgente.
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