La desconexión entre el crecimiento económico y la subida de los sueldos está aumentando de nuevo tras reducirse después de la crisis de 2008, según el Informe Mundial de Salarios de la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés). Los trabajadores que se sienten engañados al no recibir su parte de la mejora pueden alimentar la creciente frustración, según apuntan los autores, con Philippe Marcadent al frente.
Por: www.elmostrador.cl
Una brecha creciente entre los altos ejecutivos y el cuadro administrativo podría estar contribuyendo a la furia mundial.
La desconexión entre el crecimiento económico y la subida de los sueldos está aumentando de nuevo tras reducirse después de la crisis de 2008, según el Informe Mundial de Salarios de la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés). Los trabajadores que se sienten engañados al no recibir su parte de la mejora pueden alimentar la creciente frustración, según apuntan los autores, con Philippe Marcadent al frente.
"Los sueldos van más allá del dinero; importan desde el punto de vista de la justicia y la dignidad humana", comentan.
Los trabajadores pobres se han relacionado con el alza del populismo en los últimos años, que ha culminado en la victoria electoral de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Si bien la globalización ha sido señalada a menudo como la principal culpable, otras razones incluyen la adopción de tecnología que necesita de trabajadores cualificados y la presión por parte de los mercados financieros para aumentar los beneficios de los inversores.
El 10 por ciento con mayores sueldos
En las empresas europeas, la horquilla de mayores salarios del 10 por ciento está dominada por directores ejecutivos y gestores de grandes corporaciones; habitualmente, hombres por encima de los 40 años con títulos universitarios y contratos indefinidos. El mercado inmobiliario y los ejecutivos de finanzas tienen una proporción excesiva, según muestran los datos.
Los mercados emergentes muestran mayor disparidad al comparar países. Por ejemplo, un título universitario puede ser más importante en Rusia que en China, donde es posible arreglárselas con educación vocacional. De forma similar, un ejecutivo de finanzas en Chile tiene más probabilidades de conseguir un salario de entre los más altos que en México.
Sin embargo, estas características pueden encontrarse también en cifras significativas en otras horquillas salariales, lo que requiere interpretaciones de la desigualdad que van más allá de las cualidades individuales.
Un lugar en el que buscarlas podría ser dentro de cada empresa.
"La magnitud de la desigualdad de salarios dentro de las empresas, y su contribución a la desigualdad de salarios total, ha sido probablemente subestimada en el pasado’, declara Guy Ryder, director general de ILO. "Estos hallazgos tienen importantes implicaciones respecto a la política empresarial".
Lo que ha descubierto la organización es que, aunque que las brechas salariales aumentan entre los sectores de alta y baja cualificación, no son siempre las que más contribuyen a la desigualdad general. La desigualdad de sueldos dentro de una empresa ha aumentado de modo equivalente a lo largo de los últimos años en las grandes empresas de Estados Unidos, que dan empleo a más de 10.000 trabajadores. En Europa en 2010, la desigualdad de salarios dentro de las empresas suponía casi la mitad del total de la desigualdad salarial.
"Dentro de las empresas, dos factores importantes han sido la caída en la prima del sueldo para los trabajadores poco cualificados en las grandes empresas y la subida salarial de los gerentes de corporaciones, directores ejecutivos y profesionales altamente cualificados”, explica el informe. El patrón es más evidente en Estados Unidos y Reino Unido, pero se está haciendo más popular en Japón, Corea del Sur y Sudáfrica.
"En general, cuanto más alto es el salario medio de una empresa, mayor es la desigualdad de sueldos dentro de esa empresa".
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