Para la abogada DC, si bien Chile debe transitar hacia una edad de retiro de las mujeres mayor al actual límite legal de 60 años, eso es algo que se debería concretar cuando la realidad laboral sea más benévola. Por ahora, adelanta que en el proyecto trabajan un esquema de incentivos para postergar la jubilación, que se incorpora un nuevo calendario para la cotización obligatoria de los trabajadores independientes y aclara que el alza promedio de 50% en las pensiones será para quienes cumplan todo el ciclo de ahorro bajo el nuevo esquema.
Por: www.latercera.com
La ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, tiene 60 años cumplidos -edad legal para jubilarse-, con una trayectoria laboral como abogada donde admite más de alguna laguna previsional, debido a las cuales, asegura, no obtendrá una gran pensión.
Pero tampoco piensa en el retiro, porque, según dice, se siente con energía para seguir aportando en su profesión. “Soy un reflejo cierto de la realidad de las mujeres de este país”, afirma. Una misma realidad, apunta, que está recogida en los lineamientos centrales del proyecto que el miércoles pasado anunció la Presidenta Michelle Bachelet por cadena nacional, para reformar el sistema de pensiones.
En términos gruesos, el bosquejo de la iniciativa legal contempla un alza en la cotización obligatoria de 10% a 15%, con cargo al empleador, que se completará en un período de seis años y que podría implicar un alza gradual de 0,8% anual en los montos destinados a la cotización legal vigente, recursos adicionales que serán administrados por una nueva entidad pública creada especialmente para esos fines: a ésta se le destinará un 3% para abultar las cuentas individuales y el 2% restante irá a un nuevo Seguro de Ahorro Colectivo.
Al menos tres meses se tomarán los equipos técnicos de Trabajo y Hacienda para redactar la propuesta que el Ejecutivo enviará al Parlamento, aclara la ministra. “Es un tema de una aridez técnica enorme y también debe contener elementos que garanticen la sostenibilidad del mismo. Hemos querido ser muy responsables de estimar que, a lo menos, necesitamos tres meses, y vamos a generar todos los esfuerzos técnicos y profesionales para que se cumplan esos plazos”, subraya, y adelanta un paso inédito que darán durante ese tiempo: irán informando a la ciudadanía de los avances.
“En temas tan sensibles y anhelados es importante que todos sepan cómo se va avanzando. No es abrir la discusión técnica del proyecto, porque el proyecto es nuestro, se construye con los equipos técnicos de cada uno de los ministerios. Lo que vamos a hacer es informar a la ciudadanía, una especie de rendición de cuentas”, detalla.
Lo que no se atreve a garantizar la secretaria de Estado es si el proyecto logrará ser aprobado por el Congreso en lo que resta del actual gobierno. “Soy una mujer muy positiva y quisiera destacar que al menos los sectores de la Nueva Mayoría han señalado que este proyecto les parece una tremenda noticia para el país. Hay voluntades políticas para generar los acuerdos necesarios en el proceso legislativo que permitan tener una ley en tiempos razonables”, recalca, al tiempo que deja atrás las discrepancias que protagonizó con el titular de Hacienda, Rodrigo Valdés, cuando aseguró, semanas atrás, que “ningún peso más iría a las AFP”.
El 5% será administrado por un ente público y no por las AFP. ¿Le ganó la mano a Hacienda? ¿Se siente victoriosa?
No, no, a ver yo, realmente… Esto lo habíamos conversado mucho con el ministro Valdés, muchísimo, y creo que, en definitiva, y lo digo bien de adentro, creo que lo esencial es haber sido capaces de construir algo en función de los adultos mayores. De verdad, yo digo que con esto Chile es el que gana.
¿Y qué reflexión hace de ese episodio?
Eso lo conversé con el ministro Valdés y todo lo conversado queda en el ámbito privado. Estoy tremendamente tranquila del trabajo que hemos realizado con el ministro Valdés.
¿Fue difícil consensuar las visiones?
Hay que desmitificar. Voy a ser categórica. Con Hacienda hay muchos más encuentros que desencuentros y eso es así. He tenido el privilegio de contar con asesores técnicos de gran nivel, lo que allana el trabajo técnico-profesional con los asesores del ministro Valdés. Fuimos trabajando de tal manera que los eventuales énfasis que cada ministerio quería dar debían ser plasmados en lo que quisiéramos plantear a la mesa. Y eso se fue construyendo con mucha, mucha, mucha confianza. Lo digo así de claro.
¿Qué énfasis surgidos desde su cartera están recogidos en el proyecto?
Nuestros énfasis están absolutamente recogidos. Para nosotros era esencial que transitáramos desde un sistema que estaba fundado en la seguridad individual, hacia un sistema donde la seguridad tiene principios como la solidaridad. Y esto lo recoge el proyecto. Y tanto para Hacienda como para Trabajo era relevante que fuera sostenible y sustentable, era clave, porque queremos que este sistema en 30 o 40 años esté absolutamente en régimen y habiendo cumplido todas las expectativas que en él cifró la ciudadanía.
¿Qué otros aspectos eran claves para ustedes?
Tuve el convencimiento de que no era adecuado aumentar la edad de jubilación de la mujer.
¿Por qué?
Porque la realidad de las mujeres de nuestro país aún requiere de un mayor apoyo de parte del Estado. Desde que asumí el cargo me he reunido con muchas mujeres en zonas rurales, agrícolas, en poblaciones, ellas son jefas de hogar, la gran mayoría de aquellas que trabajan, aparte de tener remuneraciones inferiores, tienen doble trabajo, y ese doble trabajo es en el hogar, donde no reciben remuneración alguna, donde se hacen cargo de hijos o nietos y de adultos mayores que también cuidan. Vale decir, nuestra vida, siendo parte del mercado laboral, es más dura y compleja. En eso, creo que tenemos que ser tremendamente cuidadosos respecto de la realidad de la mujer chilena. Y, por otro lado, me parece una tremenda oportunidad que se incorporen incentivos para que la mujer, voluntariamente, decida postergar su edad de jubilación y, de esa manera, obtener reconocimiento a esa postergación. Pero que sea decisión de la propia mujer.
En la visión técnica siempre hubo consenso en que había que elevar la edad de jubilación.
Técnicamente, ese tema estaba sobre la mesa desde la Comisión Marcel, pero probablemente este país, cuando muchos indicadores hayan mejorado, va a tener que asumirlo. Debemos transitar hacia eso, pero conforme a nuestra realidad y complejidad. Tenemos brechas salariales. Se hablaba, y la Presidenta fue clara en que social y políticamente era muy complejo, y fueron las propias mujeres las que me pidieron que eso fuera clave.
¿Convencimiento compartido por Hacienda?
Sí, uno de los acuerdos en la mesa fue que no era el momento de subir la edad de jubilación.
¿Pesó en esa decisión el año electoral en que estamos, porque es una medida impopular?
Yo me convencí, y así se lo planteé al ministro Valdés, que más allá del año electoral, si me lo hubieran planteado el año pasado, volvería a tener la misma convicción. Y es porque nosotros en eso tenemos que representar a las mujeres trabajadores de nuestro país y la realidad hace que sus condiciones y sus anhelos signifiquen no modificar la edad de jubilación. No tiene que ver con un año electoral o lo complejo políticamente.
Con las características del mercado laboral actual, ¿no estaban las condiciones para que una mujer siguiera trabajando?
Ese elemento más técnico, para efectos de no haber subido la edad de jubilación, no estuvo arriba de la mesa. Fue una definición personal mía en esa materia. La Presidenta Bachelet señalaba que si el 60% de las mujeres se incorporara al mercado laboral, el incremento del PIB sería de un 8%. Ese es el peso que tiene en la economía. Si hay algo a impulsar, es la incorporación de las mujeres al mercado laboral.
¿Qué incentivos contemplará el proyecto para aumentar la cotización femenina?
Es una escalera, o sea, se están construyendo incentivos para los 62, 63, 64 años, hasta llegar al tope de los 65 años. Hoy, una mujer y un hombre que ahorraron lo mismo, supongamos $ 20 millones, en el caso de la mujer va a tener una menor pensión, porque su expectativa de vida es más alta. Entonces, lo que haría este incentivo es que esa mujer tenga la misma pensión que el hombre si aplaza su edad de retiro. De alguna manera se igualan a los 65 años, es decir, el incentivo va subiendo a medida que la mujer posterga los años y se va a ajustando como una escalera. En el fondo, se igualan las pensiones a igual edad e igual nivel de ahorro, algo que hoy no es así.
Nueva entidad pública
¿No era más eficiente entregar la gestión del 5% a un ente público existente y no crear uno?
Se miraron distintas instituciones en distintas partes del mundo y se llegó a la conclusión de que si lo que estamos administrando es seguridad social, lo mejor es hacerlo así. Creo que eso es algo que probablemente tendremos que insistirle a la ciudadanía, nosotros somos hijos de la dictadura y, de alguna manera, como lo decía el padre Berríos, el corazón todavía lo tenemos marcado por el mercado.
¿Hay un sesgo estatista en la propuesta?
No. Si hay algo que no tiene este proyecto es un sesgo estatista. Los criterios que se han manejado son el reflejo de lo que es el mundo de hoy, el rol que al Estado le corresponde. El énfasis es fortalecer la seguridad social, se incorporan principios que para nosotros eran esenciales, la igualdad de género, la solidaridad.
¿El proyecto también contempla la cotización obligatoria para los trabajadores independientes, a honorarios?
Sí. La cotización obligatoria de los trabajadores a honorarios se implementará gradualmente y deberán cotizar por el 15%. A partir de la entrada en vigencia del proyecto de ley, esto es, seis meses después de que sea promulgado.
¿Con qué gradualidad será ese ingreso?
Esa gradualidad la estamos trabajando en un rango de entre seis y ocho años, con aumentos en el porcentaje del ahorro graduales.
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